A las niñas y niños palestinos que todos los días vuelan sus cometas, 
retando a los aviones militares F-16 israelíes 
que patrullan el cielo de Palestina. 



Papalote
desde esa altura distante
agitado por el viento
te imagino como un espermatozoide desesperado
que busca preñar el cielo
para que nazca un mundo nuevo.


Martín Martínez Rodríguez